jueves, 26 de diciembre de 2019

Vuelo 011 de Avianca

   Esporádicamente me ocurre, y a vosotros os pasará igual, que a veces me levanto con una frase que creía olvidada en mi memoria y la misma no para de resonarme en la psique, estos días me ha pasado con la frase que da lugar a este relato, y aunque me costó...

   La misma hace alusión a una crónica que leí hace unos quince años, y que tardé en recordar.

El vuelo 11 de Avianca

 Siempre he pensado que, salvo contadas excepciones, los accidentes se producen por varias causas que concurren simultáneamente y que al final producen un resultado fatal, bien sea una cadena de errores, por causas derivadas del tiempo y la ubicación, por la combinación de las anteriores, o por la combinación de cualquiera ótras, 

   Hoy vamos a tratar aquí una de las excepciones:

   El caso es que a la 01:06 de la madrugada del día 27 de noviembre de 1983, el Boeing 747, (Jumbo), del vuelo de la aerolínea Colombiana Avianca procedente de París tocaba tierra en Madrid, aunque perfectamente alineado con la pista de aterrizaje del aeropuerto Madrid-Barajas, lo hizo a 12 kilómetros de su destino,  no en el propio aeropuerto, si no en un campo de labranza del municipio de Mejorada del Campo, al sur de Barajas.

   Se trataba de un aparato relativamente nuevo, únicamente seis años de antigüedad que para una aeronave de esas características es muy poco, estaba dotado de todos los elementos de seguridad exigidos en la época y alguno más, como veremos más adelante. Del Comandante de la nave, Capitán Tulio Hernández diremos que estaba sobradamente preparado, con 35 años al servicio de la aerolínea acumulaba 23.215 horas de vuelo, 2.432 de ellas en Boeing 747.

   El aparato, según se ve en la infografía que sigue volaba demasiado bajo, tras un primer toque con el suelo, rebota y vuelve a tocar tierra tres segundos después, lo hace medio de lado y con un ala, lo que hace que rebote nuevamente volteándose para caer nuevamente seis segundos más tarde, (01:06:27 horas), esta vez en posición invertida, lo que hace que se parta en varios pedazos y se origine un pavoroso incendio causando la muerte de 181 personas, con tan solo 11 supervivientes, (sin víctimas en tierra).

Infografía extraída de seguridadaerea/weebly.com

  La exhaustiva investigación posterior determinó que el piloto había introducido mal las coordenadas de aproximación, cuando el GPWS, (Sistema de Advertencia de Proximidad a Tierra), comenzó a encender todas las luces y señales posibles de alarma y a emitir sonidos, el Capitán Tulio Hernández, tal y como reflejan las grabaciones de la caja negra, lejos de hacer las pertinentes comprobaciones y corregir el error, comienza a dar golpes en el aparato, al tiempo que gritaba y repetía la frase ¡Cállate Gringo*!, en alusión a la tecnología Norteamericana del aparato, lo que fueron sus últimas palabras.




Diversas imágenes tomadas al día siguiente


*Término que en Hispanoamérica se aplica de forma despectiva a lo que procede de Estados Unidos.

**¡Cállate Gringo! es además la frase con la que desperté ese día y no dejaba de resonar....
  

   Os dejo con un vídeo de Televisión Española:



  En otro momento hablaremos de lo que pasó en Barajas "exactamente diez días después"...

1 comentario:

  1. Para este artículo he utilizado como fuentes la web de Fomento, seguridadaerea/weebly.com, un artículo de el diario el País publicado en el aniversario de la tragedia y diversos apuntes sacados de otros lugares, las imágenes sin de disposición libre en internet.

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